Y, claro, tampoco podía faltar visitar de nuevo la Península de Dingle e intentar ver al delfín Fungie, que lleva más de 25 años viviendo (¿solo...?) en la bahía de Dingle.
No sólo lo vimos, sino que nos acompañó durante un buen rato, al costado del barco, a un par de metros solamente.
Luego seguí hasta el extremo oeste de la península, y aprovechando que fue el día que más sol hizo, que más calentaba y durante más tiempo (¡¡¡varias horas!!!), aproveché para cumplir un deseo que tenía: bañarme en alguna playa de Irlanda. Pero el baño duró unos pocos minutos, porque el agua estaba recién salida del congelador. ¡¡¡Qué fría qué estaba!!! Sentía agujas clavándoseme en los pies. Por eso van casi todos con trajes de neopreno...
Sueño cumplido.
No sólo lo vimos, sino que nos acompañó durante un buen rato, al costado del barco, a un par de metros solamente.
Luego seguí hasta el extremo oeste de la península, y aprovechando que fue el día que más sol hizo, que más calentaba y durante más tiempo (¡¡¡varias horas!!!), aproveché para cumplir un deseo que tenía: bañarme en alguna playa de Irlanda. Pero el baño duró unos pocos minutos, porque el agua estaba recién salida del congelador. ¡¡¡Qué fría qué estaba!!! Sentía agujas clavándoseme en los pies. Por eso van casi todos con trajes de neopreno...
Sueño cumplido.